(A mi hija mayor)
Aprendo de tí: tu fuerza, tu gran fortaleza y la lucha por tus sueños a pesar de los obstáculos y sin rendirte nunca.
Eres una joven muy valiente.
¡Mil Felicidades por este sueño... parecía inalcanzable!
Te amo, con palabras y sin ellas, con la mirada, con el pensamiento, con el corazón y con toda mi alma.