Andén interior

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martes, 31 de agosto de 2010

Un lapsus...

El presente:
Hoy me enviaron este mensaje al celular: 
"El sonido da la vuelta 9 VECES alrededor tuyo antes de que pueda escucharte".
Dicho a propósito de que mi voz le llegaba con bastante desfase (delay).

Sin embargo yo leí en voz alta, algo totalmente distinto:
"El sonido da la vuelta 9 MESES alrededor tuyo."
Entendí de inmediato que mi inconsciente me había hecho una jugarreta con ese "lapsus" tan sugerente:
"9 MESES" y un sueño muy reciente.

Previo:
El último sueño que recuerdo (suelo olvidar todos), fue a raíz de haber leído una poesía que hablaba de una niña aún no nacida. El relato me conmovió y todo el día rondó en mi mente.

Me dormí cerca de las 12 de la noche, y quedó prendida la televisión de mi recámara, programada para apagarse media hora después y para prenderse a las 6 de la mañana del día siguiente. En algún momento empecé a soñar, pero sólo recuerdo una pequeña fracción de mis ensoñaciones de esa noche.

 
El sueño:
De pronto así de la nada, aparecí en una casa extraña pintada en colores claros, parada frente a la puerta blanca de un baño. La puerta permanecía entreabierta, y escuchaba algunos sonidos de agua, intrigada terminé por ingresar.

La escena de un apurado padre de mediana edad, con los brazos totalmente enjabonados bañando a una bebé, surgió de pronto. Vestía una playera en tono claro y un pantalón de mezclilla azul marino. Usaba lentes llenos de pringuitas de jabón. Al fondo del baño observé una ventana alargada, con vidrios polarizados. Toda la habitación tenía mármol gris claro.
Lo primero que pedí al padre fué dejarme bañar a la bebé.
Y él sólo respondió:
-¿Mi jugo me lo traes? es algo tarde y tengo que irme a trabajar.
-¡Ah sí el jugo!, lo olvidé, ahora lo traigo - contesto yo desconcertada.

Salgo de la habitación, y mis pasos me encaminan a una cocina blanca.  Veo nada más entrar, una mezcla de frutas y verduras dispersas por la superficie de una mesa. Al fondo, en la barra, hay una licuadora con una mezcla anaranjada en su recipiente, tomo el vaso de vidrio transparente que está a un lado, lo lleno y me encamino al baño.

Regreso a la escena del padre con la bebé.
Le digo al llegar:
 - Ya traje el jugo.
El sonríe y me dice que se lo tomará de un sorbo.

En ese preciso instante, tocan el timbre de la puerta principal.
Cierro la puerta del baño, y con el vaso de jugo en la mano, me encamino ahora a la puerta de entrada.
¿Quién es? - pregunto antes de abrir.
Y escucho risas y voces que me dicen:
-¡Mami somos nosotras! (son las voces de mis dos hijas).
-Sorprendida, abro de inmediato.

Me encuentro entonces, frente a unas cajas enormes envueltas en papel de regalo, con moños de vivos colores, juguetes en el piso, globos blancos y rosas en un enorme arreglo floral - ellas muy sonrientes diciendo a coro -  
-¡Venimos a verla!

(Despierto, despierto, despierto...6 de la mañana).

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